El arranque de la novena fecha de la Liga Tucumana quedó empañado por los hechos de violencia. Dos partidos debieron ser suspendidos por este motivo: Alto Verde-Almirante Brown, por la primera división, y Central Córdoba-Unión del Valle, por la Primera B.
En Simoca, Alto Verde se imponía 1-0 con gol de Nicolás Rodríguez. Sin embargo, unos minutos después del gol, todo se desmadró, tras las expulsiones de Mauricio Salazar, delantero de Alto Verde, y Lucas Peralta, defensor del Almirante Brown. Peralta tuvo cruces con los suplentes del equipo simoqueño, y comenzó una trifulca entre ambos equipos, a la que se sumaron los hinchas locales, arrojando proyectiles.
Uno de esos objetos impactó en la nuca del arquero Benjamín Peralta, que debió ser derivado al hospital de la ciudad sureña. “Le pegaron un botellazo que lo desmayó”, dijo Marcelo Escobar, presidente de Almirante Brown. Por esa situación, el árbitro Néstor Cortez suspendió el encuentro, y elevará un informe al Tribunal de Disciplina.
Pero lo más increíble ocurrió en cancha de San José. Allí, Central Córdoba y Unión del Valle empataban 1-1 por la Primera B, cuando, a los 17 minutos del segundo tiempo, ya no se pudo jugar más. Los autores de los goles, Franco Flores y Brian Pastrana, se fueron expulsados por Emanuel Aguirre. Sin embargo, Flores agredió a su rival, y cuando intervino la Policía, el jugador de “CC” agredió a un agente, que resultó ser nada menos que el Jefe de la Regional. Tras realizar tiros al aire para evitar su huída, el jugador fue detenido, y el partido suspendido.
Afortunadamente, la violencia no fue generalizada. En muchas otras canchas, se pudo jugar sin mayores inconvenientes. Por el grupo B de la Primera división, Graneros derrotó 1-0 al líder Jorge Newbery, con gol de Gonzalo Salinas, y quedaron a un paso de la clasificación a la siguiente instancia. Además, por el grupo F, Santa Lucía venció 2-1 a Santa Rosa, con un doblete de Ramón Vázquez (Luis Nieva marcó para Santa Rosa).